Hace algunos días, el gobernador del estado de Florida (EE. UU.), Ron DeSantis, firmó la ley HB3, que prohíbe a los menores de 14 años tener perfiles en redes sociales, y obliga a los jóvenes de entre 14 y 15 años a contar con el consentimiento de los padres para poder acceder a ellas. La medida busca cuidar la salud mental de los niños, niñas y adolescentes, que puede verse seriamente afectada por los contenidos e interacciones propios de estas plataformas.
En un mundo donde la tecnología desempeña un papel central en la vida cotidiana, surge un debate importantísimo respecto de la edad adecuada para que niñas, niños y jóvenes se sumerjan en el mundo de las redes sociales, sobre todo al considerar que en colegios de todo el país se están tomando medidas para restringir el acceso de los alumnos a los dispositivos, para mantener a raya el aumento de casos de bullying en redes sociales, por ejemplo.
Según el informe We Are Social, publicado en enero de este año, Chile tiene 15,2 millones de usuarios en redes sociales, lo que equivale al 77,4% de la población total. Si bien es cierto contar con un perfil en redes sociales e interactuar en ellas puede tener ventajas, en el caso de los más jóvenes puede ser más beneficioso retrasar su acceso a ellas, ¿Por qué? Hay varias razones:
Desarrollo de habilidades sociales en el mundo real: Según el informe de We Are Social y Hootsuite sobre el estado digital global, se estima que los usuarios de internet pasan un promedio de 2 horas y 25 minutos al día en las redes sociales. Limitar el acceso a ellas permite que los niños pasen más tiempo interactuando cara a cara con amigos y familiares, lo que promueve el desarrollo de habilidades sociales clave, como la empatía, la comunicación no verbal y la resolución de conflictos, fundamentales para la vida fuera de la pantalla.
Protección de la salud mental: Las redes sociales pueden ser una fuente de estrés y ansiedad; además su uso sin la madurez necesaria puede promover una baja autoestima, especialmente para los jóvenes que están desarrollando su identidad. Entre más tarde ingresen a este espacio, más tiempo tienen para desarrollar una sólida autoestima y habilidades para enfrentar de manera saludable las presiones sociales y las comparaciones. De hecho, la Organización Mundial de la Salud estima que el 10-20% de los adolescentes experimentan problemas de salud mental, lo que se puede ver perjudicado aún más en estos espacios digitales.
Mayor enfoque en el aprendizaje y la creatividad: Al limitar el tiempo que los niños pasan en las redes sociales, se les anima a dedicar más horas a actividades que fomentan el aprendizaje y la creatividad, como la lectura, el arte, la música y el deporte. Esto puede mejorar su capacidad de concentración, para resolver problemas y desarrollar pasiones que los beneficiarán a largo plazo.
Protección de la privacidad y la seguridad: Los niños menores de 14 años pueden ser más vulnerables a los peligros en línea, como el acoso cibernético, el grooming y el acceso a contenido inapropiado. Según una encuesta realizada por Common Sense Media, el 53% de los niños tienen perfiles en redes sociales para los que son demasiado jóvenes según las políticas de la plataforma. Retrasar el acceso a las redes sociales les brinda más tiempo para desarrollar habilidades digitales y comprender los riesgos asociados, protegiendo así su privacidad y seguridad en línea.
Protección contra la desinformación y noticias falsas: Las redes sociales son conocidas por facilitar la desinformación y aparición de noticias falsas. Los niños menores de 14 años pueden ser especialmente susceptibles a creer en información no verificada debido a su falta de experiencia y habilidades críticas para evaluar la credibilidad de las fuentes en línea. Según un estudio del Reuters Institute, el 52% de los jóvenes entre 18 y 24 años utilizan las redes sociales como su principal fuente de noticias. Limitar la exposición a la desinformación puede proteger la comprensión del mundo de los niños y promover una ciudadanía informada y responsable en el futuro.
Retrasar el acceso de los niños a las redes sociales puede ofrecer una serie de beneficios en la promoción de un desarrollo saludable, tanto en línea como fuera de ella.
Por: Ariel Jeria Gerente General de Rompecabeza